EL
NACIONALISMO CATALAN MIENTE SOBRE EL REINO VALENCIA, AHORA COMUNIDAD
VALENCIANA.
Basado
en un artículo de ABC/2014
El imaginario soberanista ha retorcido la historia
valenciana hasta encajarla en la entelequia de los «países catalanes»
1. El Reino de Valencia, antes que el
Principado de Cataluña
En el imaginario nacionalista que sustenta el desafío secesionista, se
suele dar por válido que la Comunidad
Valenciana (o «País Valenciano», en la terminología nacionalista)
debería formar parte de unos imaginarios países catalanes en base a un glorioso
pasado común. Con Cataluña como impulsor de dicha unidad, evidentemente.
Sin embargo, nada más lejos de la realidad. La relación histórica entre
Valencia y Cataluña antes del nacimiento de la España moderna se articuló a través de la expansión de la Corona de
Aragón a lo largo del siglo XIII, pero nunca directamente ni con
una relación de vasallaje de los valencianos hacia los catalanes. Es más,
Valencia conservó su estatus de Reino (otorgado tras la conquista de Jaime I de
los antiguo taifas musulmanes de
Denia y Valencia en el siglo XIII), mientras que Cataluña siguió
siendo un Principado, cuyo señor era el rey de la Corona de Aragón.
Para terminar de desmontar el mito, resulta que los registros documentales
respecto al Reino de Valencia son más antiguos que los que fijan la existencia
del Principado de Cataluña. Así, el Reino de Valencia fue creado por el rey Jaime I el Conquistador en 1238.
Sin embargo, y aunque el Principado catalán ya existía antes como concepto (el
término se usaba desde el siglo XI para referirse a los condados de Barcelona,
Gerona y Osona), la primera referencia escrita al Principatus Cathaloniae no llega hasta el año 1350, en
la convocatoria de las Cortes de Perpiñán, presididas por el rey Pedro IV el
Ceremonioso.
2. Del romance
a la lengua valenciana
Las tesis de los
pancatalanistas (aquellos que apuestan por sumar a la Comunidad Valenciana,
Baleares y Andorra a los «países catalanes») se apoyan en buena medida en la
unidad de la lengua autóctona de estos cuatro territorios. Sin embargo, y si
bien es innegable que tanto el catalán como el valenciano y el balear proceden de la misma rama del latín vulgar, no está tan claro que el catalán sea la «madre» del valenciano
y el balear, como sostienen los independentistas.
En el Reino de Valencia
ya se usaba en el siglo XII el romance(derivado del latín) como lengua habitual entre sus habitantes.
De hecho, el propio rey Jaime I ordenó redactar en esa lengua los Fueros del
Reino. La primera referencia al «valenciano» en un
documento jurídico
data de 1343, y figura en la documentación de un proceso judicial celebrado en
Mallorca. En dichos legajos se hace constar que la madre del acusado, Sibila, hablaba en «valencianesch» por ser de Orihuela. No obstante, diez años antes, un discípulo de Ramón Llull se refería en un comentario en latín a la «lingua valentina».
Es decir, la
denominación de la lengua como «valenciano» hunde sus
raíces en el siglo XIV, y no es un invento moderno para negar la unidad de la lengua,
como sostienen aquellos que, desde posiciones soberanistas, insisten en llamar
«catalán» al valenciano.
3. Siglo de Oro
Valenciano, no catalán
En la estrategia de
apropiación de elementos culturales para construir la identidad catalana que
llevan a cabo los soberanistas, la literatura juega un papel fundamental. Sin
embargo, la historia de las letras valencianas
disfruta de un estatus propio, dado que contó con un
Siglo de Oro que, sin embargo, no se dio entre los autores catalanes.
El Siglo de Oro valenciano, que
aunque abarcó todas las artes, se refiere especialmente a las letras, abarcó
prácticamente todo el siglo XV, cuando el Reino de Valencia ya se había
consolidado como tal. La ciudad de Valencia se había convertido en el centro
económico y cultural de la Corona de Aragón, en contraposición a un progresivo
despoblamiento de Barcelona por los conflictos políticos en los condados
catalanes.
El primer libro impreso
en valenciano (no en catalán) se realizó precisamente en la capital del Turia:
«Obres o trobes en lahors de la Verge Maria», impreso en 1474. Desde ese
momento, el Siglo de Oro valenciano daría un puñado de autores que hoy en día
se estudian en todo el mundo: el poeta trovador Jordi de Sant Jordi, el poeta
renacentista Ausiàs March, y sobre todo Joanot Martorell, autor de «Tirant lo Blanc», reconocida por Cervantes en su
Quijote como «la mejor obra de
caballerías de la historia».
La gran mayoría de
historiadores de las artes coinciden en que el valenciano fue la única lengua romance en tener un Siglo de Oro literario, y además, muy
anterior al español. Nada se dice de un Siglo de Oro catalán.
Tirant lo Blanch
o
Tirante el Blanco, en su
título original escrito en VALENCIANO es una novela caballeresca, según Cervantes la mejor obra escrita sobre
esta temática y de escritor valenciano Juanot Martorell y que se suponía concluida por Martí Joan de Galba, publicada en
Valencia en 1490 en pleno Siglo de Oro Valenciano.
Como la mayoría de los escritores de su época, Martorell resalta que su
obra había sido escrita en “vulgar” lengua valenciana, la normal y usada en
tierras valencianas. (Lo de vulgar hace referencia al Latín, lengua culta, en
contraposición al “romance”, “lengua vernácula” o “vulgar” lengua del pueblo,
la lengua valenciana). Lo dice y lo escribe el mismo Martorell, que es el
autor, ¿porque el nacionalismo catalán dice que no?
http://www.idiomavalenciano.com/siglo-de-oro-valenciano.html
4. El «mal de
Almansa»
Si hay un símbolo que
los catalanistas han explotado hasta la saciedad, es la archiconocida Batalla de Almansa. Una
batalla que en 1707 puso fin a la guerra de sucesión con la victoria de los
partidarios deFelipe V frente a los del Archiduque Carlos de Austria, quien al
ocupar el trono de España suprimió los Fueros de la Corona de Aragón y el Reino
de Valencia, vigentes hasta el momento desde el matrimonio entre Fernando e
Isabel en el siglo XV.
En el imaginario
nacionalista, la de Almansa fue una batalla entre los «catalanes» (incluidos
los valencianos, claro) y los «españoles», que ganaron los segundos para
terminar con la identidad catalana que ahora espolea Artur Mas. Sin embargo, como
defendió una y otra vez desde sus artículos en ABC el poeta y ensayista Obdulio Jovaní, la batalla para
dirimir cuál de los dos aspirantes, extranjeros los dos, debía ocupar el trono
español, podría considerarse una «guerra mundial» en la que se implicaron
distintas naciones por su interés para la geopolítica europea, y en la que en
realidad apenas participó activamente un
grupo de valencianos de Cocentaina (Alicante). Que, para
más inri, lo hicieron en el bando de Felipe V.
Sin embargo, la Batalla de Almansa sigue inflamando el espíritu
de los nacionalistas, especialmente en la Comunidad Valenciana. Y se repite una
y otra vez que «Quan el mal ve d'Almansa, a tots alcança» («Cuando el mal viene
de Almansa, a todos alcanza»).
5. El «País
Valencià», un invento reciente
En la terminología
nacionalista se suele utilizar el nombre de «País Valencià» para referirse a la
Comunidad Valenciana, de forma que esta nomenclatura encaje a la perfección con
la entelequia de los «países catalanes». Sin embargo, Valencia nunca se ha llamado «país» en toda su historia.
Tanto durante su etapa como reino integrado en la Corona de Aragón, como luego
bajo la dinastía bornónica, siempre mantuvo su denominación de Reino de Valencia, que en la transición
se completó con el calificativo de «Antiguo».
La denominación de «País Valenciano», acuñada durante la II República, fue usada en el tardofranquismo por el escritor nacionalista Joan Fuster, partidario de la
identificación como «países catalanes» basándose en la lengua común. Durante la
transición, la izquierda valenciana, incluso aquella no netamente catalanista
(como el PSPV-PSOE) la agitó como símbolo. En 1982, el primer Estatuto de
Autonomía de la región acuñó el actual término
legal, «Comunidad Valenciana», como solución
intermedia entre los partidarios del «País», a la izquierda, y los del «Antiguo
Reino», a la derecha.
Sin embargo, y más allá
de discusiones políticas, el territorio que aproximadamente coincide en la
actualidad con los límites de la Comunidad Valenciana se denominó «Reino de Valencia» durante varios siglos, mientras que nunca fue conocido como «país».
Ahora tenemos que
aguantar como podamos con estos cuatro años que vamos a sufrir una vez más los
valencianos de bien, y cuando hablo de valencianos lo hago refiriéndome a los
alicantinos, castellonenses y los valencianos y que mientras no se diga otra
cosa hemos permanecido siglos unidas al concepto de valencianas las tres regiones
hermanas
Yo pido desde esta
Atalaya que permanezcamos unidos y que luchemos contra nuestro enemigo
principal y feroz que es el catalanismo, pues es el enemigo a batir o
perderemos todos nuestros derechos de ser un pueblo libre, rico, en producto y
rico en tradiciones y cultura y si nos quitan la lengua y nuestros símbolos
estaremos muertos como pueblo.
Es fácil de entender.